No saben que están muertos
los muertos como nosotros,
no tienen paz.
Obstinados repiten la vida
se dicen palabras de bondad
releen en el cielo los viejos signos.
Como un girón gris en Argelia
en el escarnio de los meses
pero inmóvil está el eje en un cálido nombre: orán.
Saint- Clourd, agosto de 1944.
Ya no sabe nada, va en alto con las alas
el primer caído de boca en la playa normanda.
Por eso alguien esta noche
me tocaba un hombro, me susurraba
que rezara por Europa
mientras la Nueva Armada
se presentaba en la costa de Francia.
Y respondí en el sueño: -Es el viento,
el viento que hace músicas extrañas.
Pero si fueses en verdad
el primer caído de boca en la plata normanda
reza tú si lo puedes, yo estoy muerto
en la guerra y en la paz.
Este es la música ahora:
de las carpas que golpean en los palos.
No es música de ángeles, es mí
música sólo y me alcanza.
Campo Hospital 127, junio de 1944.