viernes, 11 de mayo de 2012

Comisarios del pueblo

Pais generoso: ahora parece que para albergar sentimientos católicos o sentirse cercano en algún punto a la Iglesia romana hay que pedirle autorización a una renombrada crítica -una de nuestras luminarias filológicas, una de nuestras más encumbradas plumas, una gloria de nuestro Parnaso- y a su señor esposo, quienes en estos momentos están en gira revolucionaria por los Estados Unidos, una nación, un estado, ¿un imperio?, cómo decirlo... Así, tal vez: una entidad política que, como se sabe es, después de todo, la gran patria del socialismo. Espero que nos den autorización. Qué nervios.