jueves, 20 de septiembre de 2007

Cuaderno de traducciones: Tiziano Scarpa


El órgano marino


Frente a la belleza de los paisajes
hay alguien que fuma mirando al horizonte,
que extrae su cámara y saca una foto,
que abraza a su noviecita,
que desafina una nana,
que escribe algún poema.


En todo caso, se siente la necesidad
de desbordarse, de hacer algo,
de desahogarse. También a ustedes los veo un poco inquietos.
La belleza hace hacer. Hace reaccionar.

Y sin embargo es superfluo
hacer algo
frente a la belleza;
ella no tiene necesidad de nada,
y mucho menos de nuestras reacciones.

Aquí pues el paisaje mismo se preocupa
de autoelogiarse.
Incluso de noche, o con mal tiempo,
el morske orgulje sigue repitiéndole
al mar que él es hermoso.

El mecanismo es ingenioso: la fuerza
de las olas hace de fuelle de un órgano
escondido en las piedras de la orilla.

La energía muscular
de los siervos que inflaban y desinflaban
ad maiorem dei gloriam
los fuelles para Johann Sebastian Bach
aquí el agua misma la provee.
Se escuchan cómo se filtran
las notas sol y do.
Un mugido gentil
sale por los agujeros hacia la tierra
y también por las fisuras de los escalones,
que imitan adrede
la forma de una armónica.
También nosotros ahí por un momento.

Pero luego nos alejamos.
Volvemos a escuchar
el ruido del mar,
sin las notas, sin los caños del órgano.


La música del agua,
el ritmo de las olas.
Nada nuevo, pero siempre consuela.
El mar es el verdadero órgano marino.


Podemos hamacarnos
con la ilusión de que es él quien reacciona,
con sus lentas caídas arrastradas,
a una belleza cualquiera,
desconocida para nosotros mismos,
pero que nos pertenece
y que debemos descubrir.

Trad: D. B.


Nota biográfica: T. Scarpa nació en Venecia en 1963. Es uno de los escritores jóvenes italiano más importantes. Ha publicado narrativa (novelas como Occhi sulla graticola, 1996, y relatos, como los reunidos en Amore®, 1998), textos de carácter ensayístico (Cos´è questo fracasso, 2000) y obras poético-teatrales (como Groppi d`amori nella scuraglia, 2005).
Los poemas seleccionados aquí forman parte de una serie surgido de un viaje a la ciudad dálmata de Zara (actualmente en territorio croata), publicado en el sitio de Internet Il primo amore.

miércoles, 12 de septiembre de 2007

Fragmentos de una encuesta

Algunas respuesta a la encuesta sobre el ensayo preparada por nuestros amigos de Bahía. La ecuesta completa puede leerse en él último número de La posición.



Encuesta al ensayo crítico[1]


1- ¿Qué entiende por “ensayo crítico” y qué lugar ocupa éste en su práctica escritural?
La primera parte de la pregunta es realmente complicada. Entre los géneros, si es que el ensayo puede considerarse como tal, uno de los que elude de manera más obstinada una definición más o menos clara o contundente es el ensayo. Creo que los ensayos sobre el ensayo que a principios del siglo pasado le dedicaran Lukács y Adorno al problema y las reflexiones de Said publicadas en nuestro país recientemente en el volumen El crítico..., son todavía las definiciones más contundentes del ensayo: intervenciones políticas que están más cerca de la poesía y de las prácticas no discursiva que cualquier otro género. Y además prácticas de escritura en las que todo está en transformación permanente, en la que todo es inmediatamente político. Prácticas de minorización política. No hay nada menor al ensayo, escrito en condiciones kafkianas, en horas arrancadas a la noche, puesto en circulación en ediciones en general muy modestas o en revistas de circulación restringida. Y al mismo tiempo no hay, tal vez, un género menos “genérico”, menos estable. El ensayo puede serlo todo.
En cuanto a mi práctica escritural, esrituraria, de escritura, como uno quiera llamarla, el ensayo ocupa, justamente, mucho, diría todo. En general escribo en un registro que no llamaría de contaminación de géneros o de trabajo con los géneros, sino en una escritura que quiere ser, más bien, un flujo continuo donde todo deviene todo. En ese sentido, no hay para mí un afuera del ensayo.

2- ¿Cuáles considera son las ventajas y desventajas de la práctica del ensayo crítico?
Otra vez, no me resulta fácil responder otra pregunta. Diría que la ventaja mayor es la de la experimentación más allá de las vulgaridades de la vanguardia, de la neovanguardia, de las tendencias literarias que trabajan en el plano del escandalete bobalicón y esas cosas tan nimias y aburridas. El ensayo me parece incompatible con esas cosas. El ensayo no es lúcido como la vanguardia ni soso como el escándalo permisivo. El ensayo, en cambio, tartamudea. Cojea. Desventajas: es difícil publicar ensayos, más allá de las revistas especializadas y de las ediciones humildes de las que hablábamos en el punto anterior. Hay prejuicios con respecto al ensayo. Que es aburrido, que no vende. Prejuicios, claro, no necesariamente errados.


[1] Preparada por Maximiliano Crespi y Mariano Granizo para La Posición –literatura y política–.