jueves, 29 de mayo de 2008

Roberto Calasso: el crepúsculo de los progresistas

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"Cultura de derecha" es sobre todo una coacción cármica, más bien triste (más o menos lo mismo se podría decir de "cultura de derecha"). Si existiera hoy algo que reivindicara alguna de esas dos categorías, debería provocar un único acto reflejo: huir lo más lejos posible. Diferente es el caso de los autores que son catalogados bajo esas etiquetas. Y en este punto el discurso debe plantearse de una manera más sencilla. Hoy un cerebro inteligente tiene necesidad tanto de Heidegger como de Marx, tanto de Guénon como de Simone Weil, tanto de Schmitt como de Tocqueville. Dicho esto, aclarado de quién tiene necesidad el cerebro y de quién no, comienzan los verdaderos contrastes, y quizá también los duelos mortales. Pero en este punto nadie recordará más a la "cultura de derecha", así como tampoco a la cultura de izquierda.

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Texto completo en www.movimentozero.org

martes, 27 de mayo de 2008

Strappa da te la vanità!!!


Un fragmento del reportaje de Pasolini a Pound.
Pasolini recita la última parte del Canto LXXXI, uno de los Cantos Pisanos escritos por Pound durante su detención en el campo de prisioneros del ejército norteamericano en las cercanías de la ciudad de la torre:

http://www.youtube.com/watch?v=0YJSG1C3sF8

lunes, 26 de mayo de 2008

Cosas de viejos

Julia Kristeva: "Quien no está enamorado ni se psicoanaliza, está muerto"
LLUIS BASSETS - Madrid - 01/11/1984

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"La muerte vive una vida humana, dijo Hegel. Esto es cierto cuando no estamos enamorados o en análisis". Julia Kristeva, después de la travesía del estructuralismo y la semiología, Mayo de 1968 y el maoísmo, es una dulce profesora universitaria, inteligente y brillante, preocupada por cuestiones cotidianas. Con ese talante habló la pasada semana en el Instituto Francés de Madrid y dijo: "Quien no escribe ni está enamorado ni se psicoanaliza, está muerto".

De El país.

sábado, 24 de mayo de 2008

Umberto Saba: fraticidio y política

«Vi siete mai chiesti perché l’Italia non ha mai avuto in tutta la sua storia una sola vera rivoluzione?». La domanda è di Umberto Saba, in Scorciatoie e raccontini. Ecco la risposta: «Gli italiani non sono parricidi ma fratricidi: Romolo e Remo, Ferruccio e Maramaldo, Mussolini e i socialisti, Badoglio e Graziani... Gli italiani sono l’unico popolo (credo) che abbiano alla base della loro storia (o della loro leggenda) un fratricidio. Ed è solo col parricidio (uccisione del vecchio) che s’inizia la rivoluzione».

Artículo completo de G. Guerri en www.ilgiornale.it

viernes, 23 de mayo de 2008

Hay carta de Virgilio

(...) En cuanto a Borges tengo que hilar muy fino, pues está abrumado de trabajo. Director como sabes de la B. Nacional y además catedrático en la F. de Filosofía. Pero la madre está chocha con su abanico. Fui a tomar el te. Estaban la Peyrou , Wally Zenner, la Larreta , Mariana Grondona, la Bulrrich. Todas dieron gritos muy femeninos. Después fuimos todos con Borges a la sociedad de Escritores donde a las siete Borges hablaría sobre el Ossian de Macpherson (...).

Más cartas de Virgilio Piñera en http://www.cartas.org.ar/, número dedicado a Cuba.

martes, 20 de mayo de 2008

Klaus Mann - "Homosexualidad y fascismo" - 1934

En la Unión Soviética se promulgó recientemente una ley que impone penas severas contra la homosexualidad. Esto es sorprendente, y uno se pregunta con qué lógica y con base en qué moral puede un gobierno socialista justificarse por amputarle los derechos y difamar a un grupo humano cuya "culpabilidad'' reposa sobre inclinaciones particulares que le han sido dadas por la naturaleza. Pero así es. Los problemas y los escándalos que la Unión Soviética conoce en sus territorios orientales sin duda contribuyeron a la instauración de este tipo de ley humillante -contra la cual la izquierda de los países de Europa central y occidental ha luchado encarnizadamente durante varias décadas.
A estas dificultades cruciales, que ciertamente habría que solucionar con otras medidas, se añade sin lugar a dudas el estado de ánimo actual. A este ánimo, y no a las dificultades, atribuyo preponderancia. Por estado de ánimo del momento no entiendo simplemente, y en primer lugar, la tendencia cada vez más clara en la Unión Soviética a reflexionar y a juzgar sobre el tema del erotismo en un sentido cada vez más conservador y severo, tendencia que se puede explicar como una reacción frente a libertades que tal vez se han vuelto excesivas. Veo más bien una desconfianza y una animadversión hacia todo lo que es homoerotismo que alcanzan un grado intenso en la mayoría de los ámbitos antifascistas y en casi todos los medios socialistas. Se está a punto de identificar a la homosexualidad con el fascismo. Y no es posible seguir guardando silencio al respecto. Nosotros que combatimos los prejuicios raciales, ¿tendríamos que dejar que se propague el prejuicio más insensato contra ciertas inclinaciones...?

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A Máximo Gorki, nada menos, se le atribuye una frase asombrosa: "¡Desaparezca a todos los homosexuales, y el fascismo desaparecerá!'' Por desgracia no es imposible que el papa de la literatura socialista haya dicho eso. Tal era el sentir de la época. ¿Pero de dónde surge todo esto? ¿De dónde surge que en los periódicos antifascistas leamos las palabras "asesinos y pederastas'' reunidas con tanta frecuencia como sucedía con el "traidores del pueblo y judíos'' de los diarios nazis? La palabra "pederasta'' como una injuria ¡sólo porque hay muchos hombres en las organizaciones nazis que aman a los jóvenes en lugar de amar a las mujeres!
Esta es una historia que comenzó con el ataque organizado de manera pérfida e indigna contra el capitán Röhm. Las estúpidas cartas sentimentales que había enviado de Sudamérica eran asunto de su vida privada. Era una vulgaridad absurda y superflua arrastrarlas por la plaza pública. No sólo era vulgar y torpe esa manera, sino también nula su eficacia. Al capitán Röhm esto no le afectó: a quienes se deseaba colocar contra él, o bien no creyeron la historia, o bien no pensaron tener nada que decir al respecto; y los demás, aquellos que se sentían escandalizados, de cualquier forma no le habían tenido jamás ningún aprecio.

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Se está haciendo del "homosexual'' el chivo expiatorio, un poco "el judío'' de los antifascistas. Y esto es abominable. Tener en común con bandidos inclinaciones eróticas particulares no hace bandido a una persona de golpe. De ninguna manera arremeto contra puertas abiertas al enunciar una evidencia semejante. Muchas de las conversaciones que he tenido y la lectura de artículos totalmente indignos en los diarios, me comprueban que desgraciadamente es necesario repetir estas evidencias.

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Nota: todas las negritas son mías (D. B.)

sábado, 17 de mayo de 2008

Las movidas del prof. Cacciari - De una entrevista de 2004

Otro comentarista de ese libro, Marcello Veneziani, lo define a usted como un "conservador aristocrático" que ha trazado una parábola desde sus años de militante comunista hasta coincidir hoy –"en sentido literal", dice– con el pensamiento de la derecha social, por ejemplo con su propuesta de "comunidad del bienestar". ¿Cómo se define políticamente hoy?

–Me parece interesante que Marcello Veneziani diga que soy un aristocrático conservador: queda claro al menos que no soy un apocalíptico. Me reconozco más en la definición de Veneziani que en la de Vattimo… Lo que ocurre es que yo he tratado de leer e introducir en Italia, desde hace ya muchos años, a grandes autores de la derecha europea, como Carl Schmitt, que hoy están en el centro del debate político. ¿Por qué? Porque tienen una visión realista y desencantada y ayudan a que nosotros cultivemos una mirada más distante. A mí me sirven estos autores porque su visión desilusionada sobre nuestros mecanismos representativos, sobre nuestro parlamentarismo, contribuye a hacernos ver nuestros problemas. Autores como Schmitt o Jünger enseñan todavía muchísimo sobre esta crisis de la democracia, que es fundamental comprender si queremos encontrarle remedio. En esta dirección de investigación, yo he encontrado grandes autores de derecha –vamos, de derecha total–, que me dejan más enseñanzas que ciertos liberales que sobrevuelan los problemas y utilizan las palabras sin significados concretos. Nada ganamos con hacer, como a menudo hacemos, vagas y vacuas exaltaciones de la libertad, de la democracia, de la igualdad, sin ver la crisis que están atravesando estos principios. Hoy todas estas grandes palabras se han vuelto vacías, hay que redefinirlas y precisarlas haciendo un gran esfuerzo de higiene en el lenguaje, porque si los conceptos quieren decir todo, es que ya no significan nada.