martes, 27 de abril de 2010

Vallejo

-¿Qué piensa de Borges?

-Cada vez me entusiasma menos. Era muy mal poeta y un prosista menor; su prosa está llena de afectación y de impropiedad en las palabras, como si no fuera un escritor de la lengua española. Para no ir más lejos de la Argentina, Mujica Lainez es un gran escritor, un gran prosista, pero Borges no, no, no (sacude la cabeza). A Borges lo mitificaron con las traducciones al inglés y al francés; traducciones que es muy probable que hayan mejorado las impropiedades y afectaciones. Borges es un mito de los ingleses, de los alemanes, de los extranjeros, porque era fácil de traducir; era como estar traduciendo a Chesterton o a Stevenson. No comparto ese mito, no comparto ese entusiasmo por Borges. Pero además la literatura me tiene sin cuidado, no tengo pasión por ningún escritor, ni de ahora ni de antes. Por los músicos tengo una pasión muy grande, pero los escritores no me interesan.

Gracias, Di Vincenzo.

Pasolini y las formas de la belleza

De un reportaje de Ferdinando Camon de los años 60, que se incluirá en la inminete reedición en castellano del epistolario:
En el guión del film ha incluido, entre otros textos, una carta en la que dice: “Para mí la belleza llega a nosotros como belleza mediada; a través de la poesía, o la filosofía, o la práctica. El único caso de belleza moral no mediada, sino inmediata, en estado puro, la he experimentado en el Evangelio.”. Me parece que en usted es capital el concepto de belleza moral.

Porque la belleza-belleza es una belleza estetizada, es un envanecimiento de la belleza, una voluntad de belleza. Hablando de belleza moral, yo extraía algunas conclusiones de pensamientos elaborados en torno a los años cincuenta, es decir, en la época de Officina, que rechazó y que destruyó la idea de belleza como belleza y de poesía como poesía; filiaciones del esteticismo, que a esta altura ya están agotadas

sábado, 24 de abril de 2010

Croce, la tradición, Gramsci
























Benedetto Croce (1947)
“Recomendaba años atrás a los jóvenes comunistas napolitanos, armados de un catecismo filosófico escrito por Stalin, levantar los ojos a las estatuas que hay en Nápoles de Tomás de Aquino, Giordano Bruno, Tommaso Campanella, Giambattista Vico y otros grandes pensadores nuestros y dedicarse a llevar la teoría comunista, si podían, a aquella altura y empalmarla a aquella tradición. Pero ahora les señalo no una estatua de mármol sino un hombre conocido en persona por muchos de ellos y cuyo recuerdo deberían mantener vivo por algo mejor que el vacuo sonido de su nombre: Gramsci"

Citado acá.

viernes, 23 de abril de 2010

Castelnuovo: genoveses errantes


"Mis abuelos tenían un barco y hacían el cabotaje por la costa uruguaya, hasta el Brasil —cuenta—. A veces, cruzaban el Atlántico, dejando y tomando cargas de puerto en puerto, y así llegaron al Mar del Norte. En uno de esos viajes, mi abuela iba embarazada y tuvo a mi padre en un puerto de Dinamarca. Fue la mascota de la tripulación."



La entrevista competa a Elías Castelnuovo puede leerse acá.

martes, 20 de abril de 2010

Max Gurian. Sus cuentos.

Max Gurian ha construido siete cuentos de taimada arquitectura, que propician la puesta en escena de duelos y dobleces. Siete ambientes luminosos y asfixiantes, sin ventanas. Espacios ilusorios en los que todo es espectro y simulacro, dibujo sobre una pantalla, retrato fallido o imposible calco de la infancia.Hermanos mellizos comparten la propiedad de un garage y la pericia para administrar un espacio que saben, desde el vientre materno, insuficiente; en plena crisis económica del 2001 un traductor se entrega con vehemencia a la dudosa práctica de la sinonimia y engendra una versión acriollada y delirante de Madame Bovary; Agustina Migno, infame pianista de provincia, es recordada por su carrera como apuntadora en una semblanza tan conmovedora como injuriosa.Museos de arte, hoteles familiares (y de los otros), ruinas griegas devenidas destino turístico: lugares de la memoria y el olvido en que los protagonistas de Condominio buscan producir un desplazamiento que trastoque el decorado del mundo y posibilite la inscripción –o el borramiento– del nombre propio.Tras las engañosas superficies de Condominio, alejado por igual de énfasis costumbristas y arrebatos confesionales, Max Gurian trabaja el lenguaje a fuerza de sustracción, abriendo en su interior una grieta y conectándolo –no sin violencia– con su intemperie.
Diego Peller



MAX GURIAN (Buenos Aires, 1975) es docente de literatura en la Universidad de Buenos Aires, traductor y crítico. Ha publicado artículos y reseñas en medios académicos y suplementos literarios, como Radarlibros del diario Página/12, entre otros. Actualmente escribe para la Revista de libros de España.

jueves, 8 de abril de 2010

viernes, 2 de abril de 2010

Marechal: sangre de campanas


"Fosforescente como el ojo de un gato, el reloj de San Bernardo atisba desde su torre: no queda ya en el aire ni una vibración de la última campanada, y el silencio fluye ahora de lo alto, sangre de campanas muertas".
Leopoldo Marechal, Adán Buenosayres, 1948.