"nos conducimos a concebir cada cosa como una maraña o suma de relaciones en el sentido más lato; no en el sentido tan solo de la posibilidad, que es una idea mediocre, sino en el más propio de la realidad actual e histórica: si examinamos no ficciones de pensamiento sino manifestaciones del sistema mundo, tenemos que concluir que cada mutación del sistema implica una mutación (aunque sea muy pequeña) de los elementos que constituyen el sistema.
Dejo la demostración de la recíproca, que es evidente de por sí.
Pero ¿si el sistema es uno y es el todo? Pues bien, cada elemento, aun de manera imperceptible, muta con él. Vale decir que cada mutación de la totalidad es referible, aunque de manera evanescente, a los elementos de los que la totalidad misma resulta".