"Diego Bentivegna, doctor en letras e investigador del Conicet, señala que “las grandes figuras de la literatura argentina son antimalditas: Borges; Cortázar, ese militante de la buena conciencia que está siempre donde tiene que estar y como tiene que estar; Adolfo Bioy Casares; Juan José Saer. Son la línea hegemónica de la literatura argentina
contemporánea”.
Bentivegna acaba de publicar un libro sobre la figura de Leopoldo Castellani (1899-1981), un escritor con una capacidad notable para generar comentarios condenatorios y repulsión inmediata de teóricos y críticos locales. “La palabra de Castellani excede los marcos institucionales desde los que la literatura y la crítica se enuncian. Entra en crisis con esos espacios y es expulsado”, dice. Autor de una obra vasta y heterogénea (novelista, cuentista, ensayista filosófico y religioso, pedagogo, traductor), la palabra de Castellani es, para Bentivegna, una palabra irreductible tanto al universo del textualismo de Borges como a la tradición arltiana, de exhibición de saberes técnicos que operan como compensación de la pobreza de capital simbólico. “En Castellani hay un exceso de experiencia. La suya es una palabra solitaria y riesgosa, odiosa, extópica, anacrónica y escolástica, una palabra trabajosa, decisional, que entraña peligro para quien la enuncia”, dice. Estilísticamente, señala Bentivegna, “los malditos están en la obsesión por el detalle y no en el relato. Y trabajan mucho, nunca se dejan estar”. "
La nota completa de Ezequiel Alemián puede leerse en Perfil de hoy.