miércoles, 21 de julio de 2010

De ellos será la Malkhuta


"El hombre vestido de blanco con una vincha roja en las sienes sobre el turbante se puso de pie e hizo el signo de que comenzaba el “Sermón del Monte”, que decimos nosotros; en realidad, su Recitado-Improvisación-Oral”. “Abrió la boca” (άνόίξαν τα στόμα) dice el Evangelio; y si habló, naturalmente abrió la boca; pero esa expresión significa el signo convencional con que el recitador indicaba su comienzo, o pedía atención. Y pausadamente, moviéndose rítmicamente, dijo esta cantinela:


“Dichosos los que tienen alma de pobres
Porque dellos es la Malkûtha (el Reino)
Dichosos los sufrientes
Porque son ellos quienes serán consolados
Dichosos los dulces
Porque ellos heredarán tierras
Dichosos los hambrientos de justicia
Porque ellos serán saciados
Dichosos los piadosos
Porque ellos alcanzarán piedad
Dichosos los limpios de corazón
Porque son ellos los que verán a Dios
Dichosos los hijos de la paz
Porque serán llamados hijos de Dios
Dichosos los perseguidos por la causa del bien
Porque dellos será la Malkûtha (el Reino)
Dichosos seréis cuando os persigan
Y os calumnien
Digan las peores cosas mintiendo
Contra vosotros por mi causa
Alegráos y saltad de gozo entonces
Pues vuestro premio es grande en la Malkûtha
Porque igual hicieron con los profetas
De antes de vosotros.”(el Reino)
Dichosos los sufrientes
Porque son ellos quienes serán consolados
Dichosos los dulces
Porque ellos heredarán tierras
Dichosos los hambrientos de justicia
Porque ellos serán saciados
Dichosos los piadosos
Porque ellos alcanzarán piedad
Dichosos los limpios de corazón
Porque son ellos los que verán a Dios
Dichosos los hijos de la paz
Porque serán llamados hijos de Dios
Dichosos los perseguidos por la causa del bien
Porque dellos será la Malkûtha (el Reino)
Dichosos seréis cuando os persigan
Y os calumnien
Digan las peores cosas mintiendo
Contra vosotros por mi causa
Alegráos y saltad de gozo entonces
Pues vuestro premio es grande en la Malkûtha
Porque igual hicieron con los profetas
De antes de vosotros.”

Son las ocho bienaventuranzas, la apertura u obertura del Sermón Montano. Los que las oyeran por primera vez—pues nosotros estamos aburridos de oírla—no necesitaron intérpretes, porque eran ellos los allí aludidos, los pobres, los dulces, los perseguidos: oyeran una especie de poemita sencillo que se abre y cierra con una misma palabra, la “Malkûtha”, palabra mágica para los hebreos: el Reino del Mesías; poemita en cuyo interior hay una especie de juego de palabras—“los hijos de la Paz / los hijos de Dios”—de repeticiones, de antítesis, un delicado ritmo y un delicado artificio que lo hacía sumamente fácil de retener de memoria."


Leonardo Castellani, 6 conferencias inéditas sobre exégesis bíblica.