Vuelves, del seto asoman crecidas las granadas,
encuentras los amigos en los huertos natales,
hay un olor de frutas, de hierbas aromadas,
late en el aire cálido con temblor de cristales
la mañana, en las sombras guarda aún la frescura,
tres días tiene el zumo del racimo estrujado
de esta copiosa dulce primera uva madura,
en cántaro de arcilla de la hez se ha serenado;
huye el lagarto ardido de sol; en la colina
brota de hueca piedra con un manar de nieve
el agua, denso el ramo de ciruelas se inclina,
dice el zorzal de cuanto se ha amado, ajena embebe
la memoria; te entrega, viña de verano, el vino
nuevo; incumplidos sueños saben la confidencia
primigenia; anduviste de uno en otro camino
errante; brilla el álamo, atraía en la ausencia.
Arturo Marasso, Poemas de integración, Bs. As., AAL, 1969, p. 17.
Imagen: Viñedos en Hualfín, Catamarca.