"si no hay perturbación, no corresponde que haya deseo de conservarse ni temor de perderse".
viernes, 27 de junio de 2014
Auerbachiana
El otro día me referí a Leo Spitzer durante la primera guerra. Erich Auerbach, su gran amigo, el otro gigante de la critica en lengua alemana del siglo XX, fue como voluntario al frente de batalla en 1914 (abajo en le post hay fotos de la guerra). Por sus acciones en el frente de combate, Auerbach fue condecorado con la Cruz de Hierro, la más alta (creo) condecoración militar alemana. Muchos años más tarde, esa condecoración le permitió a Auerbach, que como Spitzer era judío, continuar dando clases en Marburgo, en los primeros años del nazismo. Eso hasta 1935, cuando la situación en Alemania se hizo insostenible y partió hacia el exilio en Turquía.
Auerbach volvió del frente de batalla con una herida en la pierna, como la herida de Ulises con la que comienza Mímesis.