"si no hay perturbación, no corresponde que haya deseo de conservarse ni temor de perderse".
jueves, 19 de junio de 2014
Spitzer y los italianos
Leo Spitzer, el enorme crítico austríaco, fue destinada durante la primera guerra mundial a una dependencia del ejército del austro-húngaro encargada de controlar las cartas que los prisioneros de guerra italianos enviaban a sus familias. Aprovechó la ocasión para adentrarse en el estudio de la construcción de la afectividad en la lengua italiana contemporánea. Muchos años más tarde, en 1960, en la última conferencia que pronunció, a pocos días de su muerte, y que fue precisamente en Italia y en lengua italiana, se refiere a ese trabajo y dice algo que no me dejarme pensando y que también me conmueve un poco. Dice Leo: "lo que más aprecio en la poesía italiana de la Edad Media, como en las humildes cartas de los prisioneros italianos, es aquello que en alemán llamaría offene Weltsinn, la disposición a amar la vida, el sabio humor que la gobierna, el equilibrado evitar los extremos tanto en el egoísmo como en el altruismo, la espiritualidad templada por el sentido de realidad...".