lunes, 20 de noviembre de 2006

Uno de H.


Mitad de la vida – F. Hölderlin

Con peras doradas en las ramas
Y llena de rosas salvajes
La orilla del lago,
Ustedes, propicios cisnes
Embebidos de besos,
Hunden la cabeza
En agua sagrada y límpida

Pobre de mí, ¿dónde recogeré, durante
El invierno, las flores, dónde
La luz solar
Y las sombras de la tierra?
Los muros permanecen
Callados y fríos, en el viento
Resuenan las banderas.

Trad. D. Bentivegna