domingo, 11 de febrero de 2007

...por un caballero que la apresa con sus labios brillantes...: Un poema de Leopoldo María Panero

Ayer, Schlemihl, hablamos de él en La Academia. ¿Te acordás?


A MI MADRE (reivindicación de una hermosura)

Escucha en las noches cómo se rasga la seda
y cae sin ruido la taza de té al suelo
como una magia
tú que sólo palabras dulces tienes para los muertos
y un manojo de flores llevas en la mano
para esperar a la Muerte
que cae de su corcel, herida
por un caballero que la apresa con sus labios brillantes
y llora por las noches pensando que le amabas,
y dice sal al jardín y contempla cómo caen las estrellas
y hablemos quedamente para que nadie nos escuche
ven, escúchame hablemos de nuestros muebles
tengo una rosa tatuada en la mejilla y un bastón con
empuñadura en forma de pato
y dicen que llueve por nosotros y que la nieve es nuestra
y ahora que el poema expira
te digo como un niño, ven
he construido una diadema
(sal al jardín y verás cómo la noche nos envuelve)

De Poemas del manicomio de Mondragón, 1987

Copio estos datos biográficos:

Leopoldo María Panero: Hijo del poeta Leopoldo Panero y hermano de Juan Luis Panero, también poeta, mostró desde muy pequeño su interés por la poesía. A los dieciseis años, fascinado por la izquierda radical, ingresó al entonces prohibido Partido Comunista, cuya militancia le valió su primera estancia en prisión. Inició su carrera como poeta de la mano del maestro Pere Gimferrer, sin embargo, su atribulada vida, trastornada por el alcoholismo, la depresión y dos intentos de suicidio antes de cumplir los ventiún años, lo llevaron a la esquizofrenia, manteniéndolo internado por voluntad propia, en un pabellón psiquiátrico donde mantiene vivo su interés por la literatura. Autor de una importante obra, está considerado como uno de los poetas más importantes de España. Su primer libro Por el camino de Swan en 1968, fue el inicio de una cadena de publicaciones entre las que vale la pena destacar Así se fundó Carnaby Street 1970, En Teoría 1973, Narciso en el acorde último de las flautas 1979, Dioscuros 1982, Poemas del manicomio de Mondragón 1987 y Heroína y otros poemas 1992.