El 6 de febrero de 1945 el escritor francés Robert Brasillach, juzgado culpable de traición a la patria, fue fusilado en el fuerte de Montrouge, a las puertas de París. Tres días antes, el general De Gaulle, jefe del gobierno provisorio surgido de la Liberación, había recibido la visita de Jacques Isorni, abogado defensor de Brasillach, y lo había escuchado durante trece minutos sin decir una palabra. Cuando Isorni le quiso dejar una copia de la petición de gracia firmada por destacados escritores franceses, el General replicó que no era necesario; sólo preguntó si entre las firmas figuraba la de Abel Hermant. Isorni se indignó: Hermant, colaboracionista notorio, estaba preso. “La mayoría de los firmantes son adversarios de Brasillach”, informó antes de retirarse. La orden de ejecución, firmada por De Gaulle, está fechada ese mismo 3 de febrero en que Isorni terminó su visita a las 22.30. ¿Fue firmada en la hora y media siguiente? ¿Tenía De Gaulle ya tomada su decisión antes de la visita del abogado?
The Collaborator, libro reciente de Alice Kaplan —profesora en Duke University y autora de French Lessons, estudio sobre la relación entre la vida intelectual francesa y el fascismo—, suscita múltiples resonancias actuales, más allá de lo que anuncia su discreto subtítulo: “El proceso y la ejecución de Robert Brasillach”. El nombre de este autor, casi olvidado fuera de Francia, se ha convertido en objeto de manipulaciones múltiples en su país, tanto mas incómodas porque basadas sobre hechos incontrovertibles.Hasta 1939, Brasillach había sido un escritor “prometedor”, aunque el mérito literario de sus novelas ha sido exagerado después de su muerte. Su itinerario periodístico, de la derecha católica tradicional de L’Action Française hasta los grupos fascistas más rastreros de Je Suis Partout, puede explicar que, tras la derrota de 1940, haya estado entre los más entusiastas propagandistas de la colaboración. Ya en 1937 había asistido al congreso del partido nacio-nalsocialista en Nüremberg y había escrito un reportaje entusiasta sobre la nueva Alemania: “Cien horas con Hitler”. Su obra, sin embargo, no se agota en panfletos circunstanciales. Estudioso de los clásicos, Brasillach había publicado un libro sobre Virgilio; crítico literario, un estudio sobre Corneille; autor teatral, una adaptación de las minutas del proceso de Juana de Arco; también cinco novelas, un ensayo sobre el teatro contemporáneo y, en colaboración con Maurice Bardèche, una historia del cine reconocida como precursora y dos volúmenes sobre la Guerra Civil española.Entre septiembre de 1939 y mayo de 1940, Brasillach redactó este libro impar: Notre avant-guerre, que la editorial Plon publicó en 1941, cuando el autor aún era, como tantos soldados franceses derrotados en 1940, prisionero de guerra.
Edgardo Cozarinsky
Wl texto completo de Cozarinsky en letraslibres.