"(...) El mensaje de Jesús a los oprimidos (Mt 5,3-4) reflota el querigma del AT (Dios no acepta ninguna dominación y ofrece la liberación; la tierra es un bien para el hombre, quien debe trabajarla para que produzca sanamente; Dios enjuicia por sus profetas el abuso del poder en el despojo de la tierra de otros). Esto, que parecía ‘sumergido’, no es desechado, sino que es lo fundante de la lectura del NT y de nuestra relectura. La tierra debe entrar en una perspectiva de liberación que, por supuesto, ha de integrar la dimensión social y política.
El NT no es la Palabra que suprime el querigma del AT, ni la que lo interpreta como última lectura (es un error teológico, si bien. practicado frecuentemente), sino que es la Palabra que nos da la óptica para leer el AT, en nuestro caso, todo lo que dice sobre la tierra. Pero esta lectura se hace desde nosotros, desde una situación que pone súbitamente en relieve las posibilidades hermenéuticas de Mt 5,3-4.
Por tanto: el querigma (central en el AT) de la tierra como don u objeto del trabajo del hombre, es reforzado por el anuncio de Jesús, quien promete la tierra, expresión del reino, a los ‘anawim a los humildes (y no ‘mansos’). (...)"
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