No puedo rememorar la primera vez que vi la nieve. La vi, pero no la recuerdo.
Fue en julio del 73. Yo tenía cuatro meses (soy del 8 de marzo). Fue en nuestra casa familiar en Córdoba, en el Valle de Calamuchita, en la casa que hicieron mis padres, la casa en la barranca, tierra de infancia y de ese recuerdo inmemorable.
Mi madre debe tener la foto en la que estoy yo, bebé, y ella dándome un beso, con un muñeco de nieve en el capot del Fiat verde que en ese época teníamos.