lunes, 17 de octubre de 2011

América, América

Carta de Américo Vespucio sobre los dos viajes hechos para el serenísimo rey de Portugal
Introducción y traducción: Diego Bentivegna


Ésta es una nueva traducción de una de las célebres cartas enviadas por Américo Vespucio a su conciudadano Pietro Soderini. La carta, fechada en la ciudad de Lisboa en 1504, narra el primero de los viajes de Vespucio a las órdenes del rey de Portugal, Manuel I.

El viaje se extendió entre mayo de 1501 y septiembre de 1502. Como era habitual en la época, la expedición hizo escalas en las costas de Äfrica (llamada en la carta, por sinécdoque, "Etiopia"). Más tarde, las naves portuguesas llegaron a las costas del actual Brasil y, continuando hacia el sur, se cree que divisaron el estuario del Río de la Plata ( Questo rio della Plata cioè fiume d'Argento fu scoperto da Amerigo Vespuccio fiorentino l'anno 1501, se lee en una mapamundi antiguo conservado en la ciudad de Palermo) y las costas patagónicas.

Uno de los aspectos más inquietante de la carta es que en ella se registra una doble experiencia del desastre y del peligro. En primer lugar, el viaje a las regiones tropicales del continente es, en la carta de Vespucio, el viaje a un mundus novus que enseguida se revelará como una realidad monstruosa. No es el viaje tan sólo a una tierra pródiga de riquezas y de bellezas naturales, sino también el viaje al canibalismo. En segundo lugar, el viaje a las regiones más meridionales del mundo -el viaje en el que Vespucio registra por primera vez la existencia de un alucinado firmamento meridional que interpreta en clave dantesca- es, también, la amenaza constante del naufragio y de la desolación y el peligro de las cambiantes fortunas del clima y del océano.

La carta fue incluida por Giovanni Battista Ramusio en el primer volumen de Delle naviagationi e viaggi, Venecia, 1550. Se han mantenido algunos rasgos idiosincráticos del estilo de Vespucio, en particular la referencia a los puntos cardinales mediante el nombre de los vientos asociados, en la cultura mediterránea en la que se formó el explorador florentino, con ellos: el "austro" (ostro, en el original toscano) es el viento del sur; el "lebeche" (libeccio), del suroeste; el "siroco" (sirocco), del sudeste.


El texto de la carta, acá.