martes, 3 de marzo de 2009

Ungaretti: El faquir : "una debilidad y una fuerza desmesuradas"

"He vagabundeado mucho por las calles de mi Egipto. El loco y el pobre en la mente del árabe son un poco la misma idea: el hombre que no especula y no tiene vínculos, que está armado de una fuerza oculta; el hombre al que gobierna una debilidad y una fuerza desmesuradas; el hombre que es débil como lo es alguien al comienzo y al final de la aventura terrena: cuando se nace, y forzosamente se está desnudo, y luego, cuando se ha desperdiciado, en pocos o en muchos años, la riqueza inmensa que es la vida. El faquir es también el hombre que es fuerte, el hombre que testimonia que sólo vive quien ve al Ángel: no se sabe lo que quieren significar sus gestos y sus palabras, y podría suceder que fuesen tan sólo manías suyas. Pero los árabes siempre están a la espera de un milagro, cuyo presagio podría esconderse en esos gestos y palabras oscuros y no normales. No he hallado un pueblo que creyera más en la clarividencia, en la clarividencia de lo invisible: el faquir le recuerda pues el origen, la suerte, las vicisitudes de su historia; breves glorias en largos períodos de miseria; pero, sobre todo, el faquir es para él el signo viviente de lo sacro, alguien que es libre porque está protegido por gestos y palabras extraños, incomprensibles; además, alguien que está bajo el símbolo de la libertad".



Giuseppe Ungaretti, "Il povero nella cittá".