Mi amigo Rómulo:
Es cierto, Coppola me cae muy mal, y la gota que colmó el vaso fue su viaje a Buenos Aires y sus gestos demagógicos con el tema del castellano y del tango. Y eso sin mencionar su horrenda bufanda... Es verdad, querido R., que algunas de sus imágenes son bellas. Pero, me pregunto y te pregunto, ¿es eso suficiente? ¿La Sicilia que él filma no es un poco como el parque temático de la Costanera que remeda a la Tierra Santa? (...)
Sus películas [las de Francis Ford Coppola] operan por exceso de sentido. Caen fácilmente en lo patético (Apocalipsis Now y la obviedad socialdemócrata de pasar del imperialismo decimonónico a la guerra imperial en Vietnam, tan luego, como si las condiciones del arte y de la literatura y del imperialismo en Conrad fueran permutables sin más por algo, el Imperio, cuya lógica es absolutamente diferente) o en cosas rayanas en el mal gusto (Drácula, con su comienzo vejatorio). Creo que [Francis F. Coppola] está al final de la lista de los grandes directores ítaloamericanos.
(...) ¿Por qué, por ejemplo, todo ese derroche de sentido en la famosa escena de la ópera de Palermo del Padrino? ¿Por qué los mafiosos sicilianos tiene que ir a la ópera en Sicilia, y la ópera que ven en Palermo tiene que ser de tema, justamente, siciliano (Cavalleria rusticana)? ¿Por qué todos los signos conducen hacia el mismo lugar? ¿No es un poco como ese poema de Cardenal que habla de Somoza que inaugura la estatua de Somoza en la Plaza de Somoza?
A otro que no trago es a Bioy (...).
Saludos.
D. B.