El centro que
buscaba era un estado de ánimo
como el tiempo
cuando aclara, nada más.
Es una ilusión
haber estado vivos,
haber vivido en
las casas de las madres, arreglándonos solos,
con nuestros
movimientos, en una libertad de aire.
Mira la
libertad de hace cuarenta años.
El aire ya no existe.
Las casas están de pie
pero están
duras en el vacío nuestras sombras,
sus sombras, no
permanecen.
Las vidas que han
vivido en la mente
son finitas,
las palabras dichas no eran y no son, es absurdo.
El encuentro al
mediodía en los límites del estacionamiento
parece una invención,
como si la nada
contuviera un métier,
un asunto vital, una ilusión.
Estar vivos, un
permanente estar vivos,
Un detalle del completo, este universo burdo.
Versión: Diego Bentivegna
Del libro "La pura superficie" (2018).
Guido Mazzoni nació en Florencia, en 1967.