Marcel Schwob - "La peste" (1892), en El rey de la máscara de oro. Barcelona, Bruguera, 1977. Traducción: Sol Noguera.
"si no hay perturbación, no corresponde que haya deseo de conservarse ni temor de perderse".
domingo, 19 de abril de 2020
Extractos de la peste XXII - Marcel Schwob - La peste
Así pues,
permanecíamos en la negrura de la prisión, sin oír ruido alguno, sin saber la
hora del día o de la noche y corriendo el gran riesgo de ser quemados. Entonces
me acordé de nuestra estratagema y se me ocurrió la idea de que la justicia
papal nos haría arrojar a la calle por miedo a la enfermedad. Con cierto
trabajo alcancé mi polenta y acordamos que Matteo se embadurnaría la cara y se
mancharía de sangre mientras yo gritaba para atraer a los esbirros. Matteo se
colocó la máscara y comenzó a lanzar roncos gemidos como si tuviera la
garganta atascada. Yo invoqué a Nuestra Señora sacudiendo mis cadenas. Pero el
calabozo era profundo y el portón espeso, y era de noche. Durante varias horas
suplicamos inútilmente. Yo paré de gritar, pero Matteo continuaba gimiendo. Le
di con el codo para que descansara hasta que fuera de día: sus gemidos se
hicieron más fuertes. Lo toqué en la obscuridad y mis manos alcanzaron su
vientre que me pareció inflado como un odre. Entonces el miedo me atenazó,
pero estaba pegado a él. Mientras él gritaba con voz enronquecida: «¡Agua!
¡Agua!», el pálido redondel del día cayó de la tronera. Entonces un sudor frío
brotó de todos mis miembros, pues vi que estaba lívido bajo su máscara
polvorienta y sus manchas de sangre seca, y reconocí las blancas costras y la
roja supuración de la peste de Florencia.
Marcel Schwob - "La peste" (1892), en El rey de la máscara de oro. Barcelona, Bruguera, 1977. Traducción: Sol Noguera.
Marcel Schwob - "La peste" (1892), en El rey de la máscara de oro. Barcelona, Bruguera, 1977. Traducción: Sol Noguera.