Voy dentrando poco a poco | |||
en lo triste del pasage. | |||
Cuando es amargo el brebage | |||
el corazón no se alegra, | |||
dentró una virgüela negra | 815 | ||
que los diezmó a los salvages. |
Al sentir tal mortandá | |||
los indios desesperaos | |||
gritaban alborotados: | |||
«cristiano echando gualicho». | 820 | ||
No quedó en los toldos vicho | |||
que no salió redotao. |
Sus remedios son secretos, | |||
los tienen las adivinas. | |||
No los conocen las chinas | 825 | ||
sino alguna ya muy vieja, | |||
y es la que los aconseja | |||
con mil embustes la indina. |
Allí soporta el paciente | |||
las terribles curaciones. | 830 | ||
Pues a golpes y estrujones | |||
son los remedios aquellos, | |||
lo agarran de los cabellos | |||
y le arrancan los mechones. |
Les hacen mil heregías | 835 | ||
que el presenciarlas da horror. | |||
Brama el indio de dolor | |||
por los tormentos que pasa; | |||
y untándolo todo en grasa | |||
lo ponen a hervir al sol. | 840 |
Y puesto allí boca arriba | |||
al rededor le hacen fuego. | |||
Una china viene luego | |||
y al oído le da de gritos. | |||
Hay algunos tan malditos | 845 | ||
que sanan con este juego. |
A otros les cuecen la boca | |||
aunque de dolores cruja. | |||
Lo agarran allí y lo estrujan, | |||
labios le queman y dientes | 850 | ||
con un güevo bien caliente | |||
de alguna gallina bruja. |
Conoce el indio el peligro | |||
y pierde toda esperanza. | |||
Si a escapárseles alcanza | 855 | ||
dispara como una liebre. | |||
Le da delirios la fiebre | |||
y ya le cain con la lanza. |
Esas fiebres son terribles, | |||
y aunque de esto no disputo, | 860 | ||
ni de saber me reputo, | |||
será, decíamos nosotros, | |||
de tanta carne de potro | |||
como comen estos brutos. |
Había un gringuito cautivo | 865 | ||
que siempre hablaba del barco | |||
y lo augaron en un charco | |||
por causante de la peste. | |||
Tenía los ojos celestes | |||
como potrillito zarco. | 870 |
Que le dieran esa muerte | |||
dispuso una china vieja; | |||
y aunque se aflije y se queja, | |||
es inútil que resista. | |||
Ponía el infeliz la vista | 875 | ||
como la pone la oveja. |
Nosotros nos alejamos | |||
para no ver tanto estrago. | |||
Cruz sentía los amagos | |||
de la peste que reinaba, | 880 | ||
y la idea nos acosaba | |||
de volver a nuestros pagos. |
Pero contra el plan mejor | |||
el destino se revela. | |||
¡La sangre se me congela! | 885 | ||
El que nos había salvado, | |||
cayó también atacado | |||
de la fiebre y la virgüela. |
No podíamos dudar | |||
al verlo en tal padecer | 890 | ||
el fin que había de tener, | |||
y Cruz que era tan humano: | |||
«Vamos, -me dijo-, paisano, | |||
a cumplir con un deber». |
Fuimos a estar a su lado | 895 | ||
para ayudarlo a curar. | |||
Lo vinieron a buscar | |||
y hacerle como a los otros; | |||
lo defendimos nosotros, | |||
no lo dejamos lanciar. | 900 |
Iba creciendo la plaga | |||
y la mortandá seguía; | |||
a su lado nos tenía. | |||
Cuidándolo con pacencia. | |||
Pero acabó su esistencia | 905 | ||
al fin de unos pocos días. |
El recuerdo me atormenta, | |||
se renueva mi pesar. | |||
Me dan ganas de llorar | |||
nada a mis penas igualo; | 910 | ||
Cruz también cayó muy malo | |||
ya para no levantar. |
Todos pueden figurarse | |||
cuánto tuve que sufrir; | |||
yo no hacía sino gemir | 915 | ||
y aumentaba mi aflición, | |||
no saber una oración | |||
pa ayudarlo a bien morir. |
Se le pasmó la virgüela, | |||
y el pobre estaba en un grito. | 920 | ||
Me recomendó un hijito | |||
que en su pago había dejado, | |||
«ha quedado abandonado | |||
-me dijo-, aquel pobrecito.» |
«Si vuelve, busquemeló, | 925 | ||
-me repetía a media voz-, | |||
en el mundo éramos dos | |||
pues él ya no tiene madre: | |||
que sepa el fin de su Padre | |||
y encomiende mi alma a Dios.» | 930 |
Lo apretaba contra el pecho | |||
dominao por el dolor. | |||
Era su pena mayor | |||
el morir allá entre infieles, | |||
sufriendo dolores crueles | 935 | ||
entregó su alma al Criador. |
De rodillas a su lado | |||
¡yo lo encomendé a Jesús! | |||
Faltó a mis ojos la luz. | |||
Tube un terrible desmayo. | 940 | ||
Cai como herido del rayo | |||
cuando lo vi muerto a Cruz. Extracto del canto 6 de la Vuelta de Martín Fierro, de José Hernández, Buenos Aires, 1879. |