sábado, 18 de abril de 2020

Extractos de la peste XXI -Sobre Sciascia, los untores, el campo

Siempre está bueno volver a Leonardo Sciascia. La analogía entre situación anómala generada porel virus y campos, ese paradigma del siglo para Agamben, ya estaba planteada en las páginas que escribió como introducción al escrito de Manzoni sobre los untadores y la columna infame. Precisamente, es a esa figura, la del untador, la figura que retome Agamben, o al menos una de las figuras, para pensar la peste actual. Por otro lado, quieras o no, esto conecta con la "perfo" de Burucúa de ayer.
Reproduzco las palabras de Sciascia:
"Hoy nos sentimos más cerca del católico que del hombre
ilustrado. Verri hace hincapié en la oscuridad de los tiempos y
en las tremendas instituciones, Manzoni en las responsa-
bilidades individuales. Lo acertado de la visión manzoniana se
puede verificar estableciendo una analogía entre los campos de exterminio nazis y los procesos contra los ungidores, los suplicios y la muerte que se les infligió. Nicolini (que citamos repetidamente por su libro Peste e untori, de 1937) dice:
"la instrucción del proceso fue encomendada a Monti y Vis-
conti, es decir, a hombres que toda Milán veneraba por la
rectitud, la probidad, la inteligencia, el amor por el bien pú-
blico, el espíritu de sacrificio y su gran civismo."
Esto nos recuerda —dejando a un lado el supuesto civismo—
el libro de Charles Rohmer, L’autre, que es lo más terrible de
toda la literatura que nos ha quedado en la memoria y la con-
ciencia desde 1945 sobre los horrores nazis:
"Una reducción al absurdo. Es justamente la parte de huma-
nidad que subsiste en los burócratas del Mal, su capacidad
de sentir y actuar como cualquiera de nosotros, lo que da la
exacta medida de su perniciosidad (palabras —a buen se-
guro de Vittorini— de presentación de la traducción ita-
liana).
Nicolini no se da cuenta de que es justo eso lo aterrador: aquellos jueces eran tan honestos e inteligentes como los verdugos de Rohmer sentimentales, buenos padres de familia, amantes de la música y cariñosos con los animales. Aquellos jueces fueron «burócratas del Mal», y lo sabían."
Leonardo Sciascia, prólogo a Historia de la columna infame, de Alessandro Manzoni: Madrid, Barataria, 2008.

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