"si no hay perturbación, no corresponde que haya deseo de conservarse ni temor de perderse".
sábado, 4 de abril de 2020
Heiner Müller. Orfeo bajo los arados
Orfeo el cantor era un hombre que no sabía esperar. Luego de haber perdido a su mujer a causa de un coito prematuro después del parto o por una mirada perdida durante el regreso de los infiernos, cuando la liberó con su canto, de modo que ella cayó en el polvo antes de renovarse en la carne, inventó el amor hacia los jóvencitos, que evita el parto y que está más cerca de la muerte que el amor a las mujeres. Las despreciadas le dieron la caza con las armas de sus cuerpos, ramas, piedras. Pero el canto conserva al cantor: aquello que había cantado no podía herir su piel. Campesinos, asustados por el fragor de la caza, escapaban de sus arados, para los que no había habido lugar en su canto. De este modo, su lugar fue bajo los arados.
Heiner Müller, de su libro, L'invenzione del silenzio. Poesie, testi, materiali dopo l'Ottantanove. Ubulibri. A cura di Kammerer P. Milano, 1996,