"Quando no resultára otra ventaja de este contagio, sería
muy mucha para los christianos y siervos de Dios el acostumbrarse con esta ocasion á desear de grado el martirio, una vez que aprenden á no temer la muerte con que la peste les amenaza, Ella, lo que es para nosotros, nada
tiene de funesta; antes bien nos excita, y fortalece maravillosamente nuestras almas; y por despreciar la vida, nos
dispone á recibir la corona."
de Obras de San Cipriano, obispo y mártir. Traducción de Juan Antonio del Camino.
Valladolid, Aramburu y Roldán, 1807.
Cipriano, obispo de Cartago, nació hacia el año 200 y murió en 258.
La peste que describe en el opúsculo que citamos se conoce, por antonomosia, "peste cipriana".